Guía: Botas de montaña (todo lo que debes saber) ¿cómo elegirlas?

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Un consejo…

Los pros y los aficionados más avanzados, son eso: profesionales y personas con mucha experiencia en la montaña y excelente forma física.

Ten en cuenta esto antes de elegir tu calzado, o cualquier otro tipo de material técnico, imitándoles. Tienen un nivel que les permite hacer cosas que, quizás, no sean las más convenientes para los demás. Como llevar zapatillas en terrenos muy técnicos, y similares.

Lo recalcaremos pero, en caso de duda, elige siempre el material más seguro.

Requisitos que debe cumplir el calzado de trekking y senderismo

1. Protección

El calzado de trekking necesita proteger nuestros pies.

Cuando andamos por la naturaleza o la montaña, es fácil recibir o dar golpes a piedras, raíces, etc. Por eso, el calzado de trekking debe llevar una puntera de goma reforzada que proteja nuestros dedos, una talonera que proteja la parte trasera del pie, y protecciones laterales y de empeine.

Algo importante: la protección que necesitamos del calzado de trekking no sólo incluye al pie; también lo hace con el tobillo. Por eso, en muchos casos la elección de botas medias o altas será adecuada. Sobre la elección de zapatilla-bota media-bota alta, hablaremos más adelante.

2. Estabilidad y amortiguación

En la montaña, en la naturaleza, es fácil que pisemos mal, por terreno roto, crucemos una media ladera. Una misión fundamental del calzado de senderismo y trekking es estabilizarnos, evitando lesiones y caídas.

Eso es misión de la suela y la media suela. Cuanto más técnico sea el calzado, más rígido será. No es difícil que encontremos estabilizadores en la zona del talón, que también ayudan.

No es lo mismo realizar senderismo o montaña con o sin peso. Cuando cargamos una mochila en travesías de varios días, es fundamental un buen calzado/bota que nos estabilice y que amortigüe nuestros pies ante la mayor presión provocada por el peso.

Si vamos a realizar travesías largas y con peso, debemos elegir una bota que nos ayude para ello. En las descripciones del producto sabrás qué modelos son más adecuados para carga, que normalmente serán los menos minimalistas.

Con calzado normal nos haríamos bastante daño con peso. Es la diferencia entre tener dolores y molestias y no tenerlos.

3. Agarre

Cualquier calzado deportivo tiene que tener una suela que nos permita practicar el deporte para el que está diseñado.

Pero en la montaña y la naturaleza, esto es mucho más importante, porque no solo hablamos de prestaciones; de la suela depende también nuestra seguridad.Vulcano Expediciones Guía: Botas de montaña (todo lo que debes saber) ¿cómo elegirlas?

Suela Vibram para trekking alpino, Botas Millet

La suela es lo que nos une al terreno, lo que nos permite avanzar por lugares complejos. El compuesto con el que están fabricadas y su diseño son fundamentales, y requieren de bastante investigación.

Además, tiene que funcionar en terreno seco, mojado, compacto, suelto, nieve, barro, etc. Para conseguirlo, los diseños muestran taqueados multidireccionales que nos permiten subir eficazamente, no patinar, hacer medias laderas con confianza, o frenar en descenso gracias a sus tacos preparados para ello.

Como puede verse en las fotos, las botas más cercanas al montañismo (por rigidez, protecciones, etc) tendrán suela más alpina (arriba), y las más orientadas al senderismo, suela menos agresiva (abajo).Vulcano Expediciones Guía: Botas de montaña (todo lo que debes saber) ¿cómo elegirlas?

Suela Vibram para senderismo, Bestard Travessa GTX

La suela, en el calzado de montaña, también tiene otras funciones, principalmente de protección: ejerce de barrera protectora, evita que nos hagamos daño. Una zapatilla blanda -por ejemplo, de running- nos hará penar en zonas duras, con piedras, etc.

Muchas de las marcas punteras confían en Vibram y sus diferentes suelas para calzar sus modelos. Pero también hay otras que emplean suelas propias, como Salomon con sus suelas Contagrip.

No es díficil encontrar en las gamas bajas del mercado calzado de trekking con suelas de dudosa procedencia. En este caso, sí que habría que volver a recordar que, en la montaña, la calidad y prestaciones están directamente relacionadas con la seguridad.Vulcano Expediciones Guía: Botas de montaña (todo lo que debes saber) ¿cómo elegirlas?

Suela Contagrip, Salomon X Ultra Mid 2 GTX

4. Transpirabilidad/Impermeabilidad

Como cada vez que hablamos de material de montaña, el binomio transpirabilidad-impermeabilidad se antoja fundamental.

  • Por un lado, necesitamos ir cómodos, secos, evitar sobrecalentamientos, y para eso necesitamos que el calzado transpire.
  • Por otro, al aire libre, necesitamos ir protegidos contra los elementos. No solo la lluvia o nieve; en la montaña hay barro, charcos, ríos que cruzar, los prados por la mañana están húmedos del rocío…

El calzado con membrana soluciona este problema en parte, ya que permite al pie transpirar a la vez que es impermeable. Pero hay que tener en cuenta que, a pesar de ser transpirable, no lo es tanto como un calzado sin membrana.Vulcano Expediciones Guía: Botas de montaña (todo lo que debes saber) ¿cómo elegirlas?

Membrana Gore-tex para calzado. Se situa entre el forro interno y el material externo

Por otro lado, las botas de trekking duras y resistentes, transpiran poco debido a la acumulación de materiales.

Así que, si habitualmente transitamos por zonas cálidas, poco húmedas, por sendas y zonas con poca dificultad, es conveniente elegir modelos con menor resistencia y sin membrana.

Para los demás casos…insistimos: la seguridad y la protección, siempre por delante de otros factores.F.Guevara-Barrabes

Zonas húmedas en una senda del Pirineo; a lo largo del día, la membrana se hace indispensable

5. Seguridad

Es la consecuencia de todo lo anterior. Un calzado que agarre en todas las situaciones, que nos proteja de golpes, de roces, de la orografía, de las inclemencias meteorológicas, que nos permita cargar una mochila con peso, nos hará ir seguros en un terreno complejo como la montaña y la naturaleza.

De ahí, repetimos, que no sea recomendable emplear calzado no especializado para la práctica de nuestras actividades: no solo perdemos prestaciones, iremos más incómodos, nos haremos daño, sino que podemos poner en riesgo nuestra seguridad.

Las estadísticas son claras: un buen número de los rescates veraniegos en montaña, tienen relación con la mala elección del material y el calzado por los accidentados.

Esto, a veces, supone sacrificar algo de:

6. Comodidad

La comodidad es importante no solo porque nos permitirá disfrutar de la actividad (todos preferimos estar cómodos…) sino porque un calzado que nos haga daño, o incluso rozaduras y ampollas, nos hará pisar de forma insegura, aumentando las posibilidades de accidente.F.Guevara-Barrabes

Zonas complejas que exigen un calzado que nos dé la seguridad adecuada

Pero, como explicamos en el artículo sobre los diferentes tipos de calzado de montaña, debemos buscar la comidad dentro del calzado que, por nuestra seguridad, necesitemos para nuestra actividad.

Es decir: todas y todos vamos más cómodos con zapatilas que con botas, o con sandalias que con zapatillas. Pero si necesitamos botas, buscaremos la comodidad dentro de ellas, no arriesgaremos nuestra seguridad llevando un calzado inadecuado. Hoy en día, además, el calzado técnico de montaña es increíblemente cómodo.

Volvemos a recomendaros que, antes de nada, os leais el artículo enlazado, para saber exactamente si necesitais calzado de trekking, de montañismo, o de alpinismo, y conozcais las limitaciones de cada uno.

Tipos de calzado de montaña, según seguridad y prestaciones

No vamos a extendernos en las características de cada grupo. Son muchas, y a veces puede ser complicada la elección, a pesar de tener claro el tipo de calzado. Por ello, os recomendamos leer los artículos en los que tratamos a fondo cada uno de los grupos:

En este artículo solo diferenciamos los grupos por cuestiones de seguridad, que tiene que ver básicamente con la rigidez de su suela, su índice de flexión. Dentro de cada grupo, habrá diferentes tipos (por ejemplo, en alpinismo, desde una bota ligera hasta una triple de expedición), pero eso lo tratamos en los artículos arriba enlazados.

En general hay 3 grandes tipos:

  • Botas y zapatillas flexibles. Para senderismo, trekking fácil y media montaña.
  • Botas semirígidas. Para montañismo.
  • Botas rígidas. Para alpinismo

Técnicamente, las botas se clasifican en 4 categorías, de menor a mayor rigidez (B0, B1, B2, B3), siendo B2 la referida a botas semirígidas, y B3 la referida a botas rígidas.

1. Zapatillas de trekking

Dentro de las zapatillas, podemos distinguir dos grupos:

  • De senderismo y trekking: Son ágiles y flexibles, con menos protecciones, y su suela no es tan agresiva. perfectas para senderismo y trekking ligero, también uso urbano en invierno, viajes, etc.
  • De aproximación: Son como botas de trekking serio, o montañismo ligero, pero sin caña. Nacieron como necesidad para que los escaladores se aproximaran a las vías alpinas, trayectos cortos pero técnicos. Ha crecido mucho su uso por parte de quienes prefieren zapatilla a bota, al no perder tecnicidad en las zonas más complicadas. Suela de montaña (en muchos casos, muy orientada a roca), más protecciones, mayor rigidez de suela, menor volumen.

Zamberlan Salathé Gtx RR, zapatillas de aproximación para mujer

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de las zapatillas?

  • Son más ágiles, menor peso.
  • Menos calor, al llevar descubierto el tobillo transpiran más
  • Pero esto es un arma de doble filo: en condiciones de frío, protegen menos, y es más fácil que nos entre la lluvia, el barro, etc.
  • La caña baja de las zapatillas aporta menos estabilidad. Esto no tiene importancia en terreno fácil, o en excursiones cortas. Pero en un día muy largo, cuando las fuerzas fallan, el soporte que nos da una bota es fundamental. ¿Quién no ha vivido en la montaña alguna vez la sensación de que el tobillo se nos dobla a cada paso complejo por falta de energía, tras una larga jornada?
  • Si vamos a practicar senderismo ligero, por caminos buenos, con poco desnivel, y con poco peso, las zapatillas pueden ser perfectas para nosotros.
  • Cuando cargamos con peso moderado o fuerte en la mochila (travesías de varios días, invierno, etc), las zapatillas nos ayudan menos en la estabilización, y nos amortiguan menos. Notaremos más la presión del peso.
  • Senderismo ligero, con poco desnivel, salidas cortas, condiciones buenas, con poco o ningún peso, podremos usar zapatos o zapatillas, o botas de senderismo flexibles si queremos mayor protección.
  • Salidas largas, malas condiciones de frío o humedad, terreno irregular de montaña, travesías de varios días, mochila con peso, usaremos botas. Hay quien podrá elegir zapatillas de aproximación, si las condiciones lo permiten, y si tiene la experiencia adecuada. Pero en caso de duda, botas.
  • Quien no quiera disponer de dos modelos, las botas de caña media son un buen compromiso. No es de extrañar que cada vez sean más usadas. Las de senderismo son perfectas, por ejemplo, para el Camino de Santiago

1. Botas y zapatillas flexibles

Son para senderismo, paseos por terreno medianamente fácil, media montaña. Puesto que su principal función es andar, flexan bastante.

Para terreno más o menos plano y marcado. Pista y senda de montaña, algo fuera de ella, trekkings fáciles, firme no especialmente irregular, riesgo bajo. Igual nos sirven para un paseo alrededor de nuestra ciudad que para alcanzar la cola de caballo en Ordesa, o subir montañas sin dificultad y firme más o menos asequible, por poner algún ejemplo.

Situaciones en las que no necesitamos prestaciones excesivamente técnicas, pero tenemos que andar mucho, por lo que la flexibilidad es importante.

Hay algunos modelos que están más cercanos a las botas semirígidas, y que se desenvuelven bien en terrenos más complejos de montaña, sin llegar a ser muy técnicas. Lo explicamos en el artículo a fondo.

En este tipo de calzado la sujeción y la protección -aun siendo mayor que en el calzado para calle y otros deportes- no son tan necesarias como en el que se usa en zonas más técnicas.

Las suelas son adecuadas tanto para proteger de irregularidades como para darnos el agarre necesario en el terreno, sea seco o húmedo.

Bota de trekking para mujer Mammut Ducan Mid Gtx W

2. Botas semirígidas

Aquí empieza la trampa de la comodidad.

Cuanto más se complique el terreno, más necesitaremos el apoyo del calzado. Y, entre otras cosas, esto se consigue aumentando la rigidez de la suela. Lo cual hace que, aunque nos vayan a la perfección, sea más incómodo caminar y llevar puestas este tipo de botas. Y que haya quien apure el momento de usarlas, incluso deseche su uso, en momentos en los que sería muy conveniente emplearlas.Como decimos, su suela semirígida flexa, aunque bastante menos que una bota o zapatilla de senderismo o trekking. Guardan un equilibrio entre algo de flexión que aún permite un buen caminar, y la suficiente rigidez necesaria en zonas complejas: escalada en aristas, pedreras, tramos de nieve, etc. También ayudan a mantener el equilibro, especialmente cuando se carga mucho peso.

Podríamos definirlas como las botas oficiales de tremiles fuera de invierno.

Internarnos por estos terrenos con calzado de senderismo nos pone en riesgo de accidente, como cada año nos indican, por ejemplo, los datos de rescates y accidentes que realiza Montaña Segura en los tresmiles del Pirineo aragonés.

Bestard Advance Pro, botas semirígidas para montañismo

Botas rígidas

Entramos en el mundo del alpinismo: escalada en hielo, ascensiones técnicas verticales, corredores, invernales, etc.

La suela es totalmente rígida, no flexa absolutamente nada, y para que se pueda andar con ella, tiene una buena curvatura y un tobillo con sistemas de flex frontal. Los modelos modernos son increíblemente cómodos para andar, dentro de sus limitaciones, si lo comparamos con las botas de no hace tantos años.

Garmont Icon Plus Gtx, Botas rígidas ligeras para alpinismo

Las botas dobles se componen de una carcasa exterior y un botín interno extraíble.

No hace tantos años que las botas dobles eran prácticamente la única opción de calzado cuando se hablaba de alpinismo invernal, especialmente en caras nortes y altura. Su ventaja en cuanto a protección térmica era evidente, pero tenían un hándicap inherente: su gran volumen y peso, que penalizaba el alpinismo más técnico.

Hoy en día también hay botas dobles aligeradas y de bajo volumen que pueden usarse en la mayoría de condiciones térmicas y técnicas en las que se usaría una bota simple de alpinismo. Un ejemplo es la Bestard Top Extreme Lite.

La principal ventaja de una bota doble es su mayor capacidad térmica. Pero hay más: el uso de bota simple en actividades de varios días tiene un hándicap: tras la primera jornada, será difícil secar la humedad (sudor, externa), y por la noche esa humedad se congelará.

La táctica habitual con una bota doble es introducir con nosotros durante la noche los botines internos en el saco de dormir, dejando la carcasa en el exterior. Por la mañana estarán secos y calientes. También puede meterse una bota simple, pero es bastante más incómodo.

En el caso de las preparadas para expedición, más bien podríamos hablar de bota triple ya que, además de la carcasa y el botín, llevan polaina integrada.

Y también están las botas dobles de última generación: con polaina incorporada -triples, en cierto sentido-, que rompen con lo conocido, y que por su diseño y por los materiales empleados pesan apenas 2.000 gramos el par, como una bota simple tradicional, en incluso menos que muchas de ellas.

2.2 Bota rígida simple


Son la botas más usadas en la actualidad para la práctica del alpinismo. Carcasa e interior forman una sola pieza.
Es lógico que hoy en día sean las más empleadas: por un lado, sus modernos materiales absorben mucha menos humedad que el cuero; por el otro, la evolución del montañismo moderno, la mejora de las comunicaciones, etc, han provocado que la mayoría de actividades invernales que se realizan hoy en día sean C2C (Car to Car, de coche a coche).

Así que, al no tener que secar botines, las botas simples rígidas han copado el mercado en sus diferentes versiones, y muchas de las personas que escalan en hielo, realizan alpinismo invernal más o menos técnico, escalan corredores, etc, llevan en los pies estos modelos, que van desde botas cercanas a las clásicas de montaña hasta nuevos modelos ultraligeros para el alpinismo rápido.

Las actuales botas simples ofrecen una gran protección con un peso y un volumen muy contenido. Esta ligereza, producto del empleo de modernos materiales y de un diseño con mínimas costuras permite ganar seguridad debido al menor peso (menor cansancio), mayor comodidad (la horma de las botas actuales es de un confort impensable en el pasado incluso cercano), y al menor volumen (mayor agilidad).

Algunas de ellas son verdaderamente calientes, gracias a las diferentes capas internas de materiales de última generación con una excelente relación de retención de calor/peso.

En los últimos años están proliferando unos modelos técnicos, muy usados, con polaina integrada. Es un tipo de botas altamente recomendable para caras norte, invierno frío, etc. En realidad, funcionan muy bien en la mayoría de situaciones. Es lógico: la unión de tecnicidad, comodidad, agilidad y protección térmica es óptima.

Cómo saber si una bota es flexible, semirígida o rígida

Como regla general, podríamos decir qué:

  • Una bota flexible no lleva enganche para crampones ni en talonera ni en puntera
  • Una bota semirígida lleva enganche para fijación de crampones solo en talonera (fijación semiautomática)
  • Una bota rígida lleva enganche para fijación de crampones en talonera y puntera (fijación automática)

Vulcano Expediciones Guía: Botas de montaña (todo lo que debes saber) ¿cómo elegirlas?

El riesgo del uso de crampones con botas no adecuadas

Con los crampones hay un problema: puesto que hay sistemas de sujeción que permiten atarlos a prácticamente cualquier calzado, hay quien considera que puede llevar cualquier bota en situaciones en las que haga falta crampones.

Así, bastantes personas utilizan, en nuestra opinión erróneamente, botas de trekking/senderismo flexibles con crampones de correas para terrenos con cierta verticalidad (como tresmiles en verano, etc), pero hay que dejar claro que no es lo recomendable. No solo porque no son botas adecuadas para la mayoría de esos terrenos, sino porque muchas de ellas descubren después, en el peor de los momentos, que los crampones pueden tener a soltarse durante su uso.

El hecho de que unos crampones de correas puedan atarse en cualquier bota no quiere decir que cualquier bota sea segura para ser usada en montañismo y con crampones.

Bota rígida para alpinismo. Es fácil imaginar qué ocurriría con uan bota blanda. Foto: Dani Vega

En el momento en el que el terreno se empina, nuestro consejo, por seguridad, es usar siempre bota rígida o semirrígida, según la necesidad.

¿Necesito botas de montaña?

Tipos de botas para la montaña

Tipos de botas según su rigidez

Técnicamente, las botas se clasifican en 4 categorías, de menor a mayor rigidez:

  • B0: Son las más flexibles. El tradicional calzado para caminar: tanto la suela como el resto flexan mucho. Para senderismo 3 estaciones y trekking por debajo de la línea de nieve, y por buen terreno. Como explicamos en el artículo enlazado al comienzo sobre seguridad, no pueden emplearse con crampones, ya que flexa más el calzado que ellos, y se desprenden en terreno vertical.
  • B1: Flexan bastante, buenas para senderismo y trekking 3 estaciones. Ya comienzan a ser un buen apoyo para largas jornadas en la montaña. Pueden emplearse con ellas crampones de correas (C2), pero siempre en terreno de poca pendiente (caminatas en la nieve, etc)
  • B2: Botas semirrígidas para montañismo y alpinismo 3 estaciones. Junto a las botas B3, son el objetivo de este artículo. La suela es bastante rígida, y de igual manera es la parte superior: no solo nos protege adecuadamente, sino que ayuda a la rigidez general de la bota. Ya permiten el uso de crampones semiautomáticos (C2)
  • B3: Botas rígidas para alpinismo. Suela totalmente rígida, al igual que la parte superior. Han evolucionado bastante, son más cómodas, los tobillos flexan más. Admiten crampones semiautomáticos (C2) y automáticos (C3).

¿Cómo se consigue la rigidez? El secreto mejor guardado de una bota de alpinismo

En la suela de una bota hay un elemento no visible y desconocido que sin embargo es fundamental: el cambrillón.

Esta pieza es la que da la rigidez. Una bota rígida de alpinismo incorporará un cambrillón completo absolutamente rígido e indeformable que nos garantizará las prestaciones.

Y aquí radica uno de los mayores avances en materiales vividos en los últimos 10 años. Hasta entonces, el cambrillón se realizaba en acero. Muy rígido, pero muy pesado.

En las botas actuales el cambrillón es de PU (Poliuretano), fibra de vidrio o incluso, en las más avanzadas de esta selección, en carbono. Total rigidez con un peso mínimo. Este es uno de los secretos que ha permitido en los últimos años disminuir el peso de las botas hasta en 400 gramos, aumentando la seguridad del montañero por menor cansancio acumulado, y permitiendo mejores técnicas.Vulcano Expediciones Guía: Botas de montaña (todo lo que debes saber) ¿cómo elegirlas?

Parte superior, cambrillón completo rígido (5); inferior, cambrillón semirrígido(3-4)

La flexibilidad de los cambrillones suele ir del 1 (más flexibles) al 5 (rígidos). Las botas rígidas son 5, las semirrígidas 3-4. La mayor flexibilidad suele obtenerse escamoteando material, como puede verse en el dibujo.

Botas para montañismo y alpinismo. Semirrígidas y rígidas

Como decimos, las botas para estas actividades pueden ser de dos tipos:

  • Semirrígidas: empleadas para actividades menos técnicas (montañismo, alpinismo menos vertical)
  • Completamente rígidas: empleadas para alpinismo
  • Las botas con sistema para fijación automática (C3) son rígidas
  • Las botas con sistema para fijación semiautomática (C2) son semirrígidas.

Recomendaciones para elegir la mejor bota de montaña

Debes saber que durante una caminata los pies se hincharán un poco, por lo que es necesario que las botas tengan una cierta holgura, para que no te quede muy ajustado y te produzcan ampollas por el roce.

  • Verifica que sobra espacio en la punta del calzado: La forma más simple de comprobar que la talla del calzado de montaña es el correcto, es extraer la plantilla y colocar tu pie encima de ella. Comprueba que tu talón está bien colocado sobre la parte trasera de la plantilla y luego verifica que haya un espacio de un dedo (de la mano) entre la punta de tu pie y la punta de la plantilla, ni más ni menos.
  • Verifica que sobra espacio en la parte de atrás de la bota: Después de comprobar que sobra un espacio en la punta del dedo, es necesario verificar que el ajuste del calzado es apropiado. Para ello, afloja los cordones de la bota e introduce el pie, de modo que la punta del pie toque la punta de la bota. En esta posición, con la bota suelta, tu pie sobre el suelo y la pierna en perpendicular, introduce un dedo entre el talón de tu pie y el calzado. El dedo debería caber fácilmente, sin que sobre más espacio.
  • Comprueba que el calzado no queda demasiado ajustado: Para probar el ajuste del calzado de montaña, echa el talón hacia atrás de forma que no haya espacio entre tu talón y la bota. Luego, coloca la lengüeta en la posición correcta y ajusta los cordones tirando de ellos, comenzando por la puntera y hasta arriba.}
  • Prueba las dos botas: Nuestro cuerpo no es simétrico y es normal tener un pie ligeramente mayor que el otro. También puede ocurrir que haya algún defecto de fabricación o que notemos diferente sensación en un pie y en otro. Por eso, siempre debes probar las dos botas.

Si compras el calzado de montaña de manera online, ¿sabes cómo medir la talla correcta de tu calzado de montaña?

Ahora bien, ¿qué pasa si decides adquirir un calzado de montaña a través de internet? ¿Cómo puedes medir su talla correctamente? El proceso es bastante simple y se basa en medir el tamaño del pie.

Coloca una hoja de papel en el suelo, junto a la pared. Coloca tu pie sobre ella de forma que tu talón y la hoja estén en contacto con la pared. Con un lápiz perpendicular al suelo, marca sobre la hoja hasta dónde llega el punto de mayor longitud del pie.

Ten en cuenta también, para asegurarte de que el calzado tendrá la talla apropiada, de usar calcetines gruesos en el momento de tomar la medida y de hacerlo al final del día, cuando los pies están más hinchados.

Repite este procedimiento con ambos pies y toma como referencia la medida más larga.

Mide el extremo de la hoja hasta la marca de lápiz. Esa medida será la talla de un calzado ajustado. A esa medida, suma la medida del ancho de 1 dedo (1,5-2 centímetros) para que el calzado te quede cómodo.

Una vez tengamos la medida de tu pie en centímetros, solo nos falta convertirla a una escala europea. Para ello, podemos consultar la tabla de equivalencias de la web del fabricante y escoger en este caso el formato español/europeo.

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