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¿Qué es el Rafting?

Desde hace años el rafting se ha convertido en uno de los deportes de aventura más demandados por los amantes de las actividades al aire libre. Aunque es considerado un deporte extremo, lo cierto es que sus riesgos están controlados gracias a la habitual presencia de un guía acompañante y a un adecuado equipamiento.

Se llama rafting al descenso en barcas neumáticas de ríos de aguas bravas. Las embarcaciones suelen tener una capacidad de entre 6 y 8 personas, además del guía o timonel, que es el encargado de dirigir y hacer maniobrar la barca.

Origen del rafting

Como ocurre con todos las actividades de aventura, el origen del descenso de ríos de aguas bravas se pierde en la noche de los tiempos. Sin embargo, como deporte y actividad de ocio, sus inicios se encuentran en la década de los 50, en Europa Central. Las primeras empresas en ofrecer experiencias de rafting estaban ubicadas en los Alpes franceses. Su éxito fue tal que pronto se extendió por el resto de Europa y América del Norte.

El rafting fue incluido como deporte olímpico por primera vez en los Juegos Olímpicos de Munich de 1972, lo que supuso un espaldarazo definitivo para esta actividad acuática. A partir de entonces comenzaron a surgir nuevas técnicas y equipaciones que permitían su práctica en ríos abruptos y complicados a personas sin apenas experiencia con una total seguridad.

Por qué es tan popular el rafting

La razón más importante para que el rafting sea uno de los deportes más demandados entre los amantes de la naturaleza y las actividades al aire libre es que es tremendamente divertido, un auténtico chute de adrenalina que te hace sentir como si estuvieras viviendo en una película de acción, o en una novela de Julio Verne, pero sin los riesgos que corren sus protagonistas (los guías especializados y el equipamiento proporcionan una total seguridad; de otro modo, sería un deporte al alcance de pocos).

Es esta seguridad en la práctica del rafting lo que permite que personas sin ninguna experiencia previa ni una forma física extraordinaria puedan disfrutar de estos descensos por aguas rápidas, en unos entornos naturales de ensueño.

Pero, ¡ojo!, esto no quiere decir que no haya que tomar precauciones y elegir bien el tipo de río que más conviene según la cualificación previa y el estado de forma. Como verás más adelante, existen diferentes graduaciones según la dificultad de cada río.

Por último, el hecho de que el rafting sea una actividad muy “social”, perfecta para practicarla en familia o con grupos de amigos, es otro de los motivos de la creciente popularidad del descenso de ríos de aguas bravas. Cada vez es más frecuente contratar a una empresa de rafting para celebrar cumpleaños, despedidas de soltero/a, team building de empresas, etc…

Modalidades de rafting

Existen dos modalidades generales de rafting: en ríos con un gran caudal y en ríos con poco caudal. No debes confundir estas dos modalidades con la clasificación que pueda tener cada día en función de la dificultad que entraña su descenso. Esta tiene 6 diferentes graduaciones, de la más sencilla (clase 1) a la más complicada (clase 6).

Como deporte de competición, el rafting cuenta con 4 pruebas principalesSprint (recorridos de 3 minutos máximo), Head to head (competición por etapas de 2 equipos en cada carril), Slalom (las barcas deben descender entre “puertas” que se marcan con varas) y Downriver (la más complicada, con una duración que puede llegar a la hora).

En este vídeo puedes ver cómo son las competiciones de rafting, en este caso para las modalidades de Sprint Head to Head:

Cómo empezar a practicar rafting

Como cualquier actividad, deportiva o no, lo mejor es empezar poco a poco, de lo más sencillo a lo más complicado. Además, hay una serie de pautas que sería muy aconsejable que siguieras si tienes pensado introducirte en el adrenalítico mundo de los descensos por aguas bravas.

Un nivel aceptable de natación

Aunque los chalecos salvavidas son parte del equipamiento de rafting, es recomendable, casi puede decirse fundamental, que tengas un nivel medio de natación que te permita mantenerte a flote en caso de que la barca vuelque o, simplemente, caigas al agua. No suele ocurrir, pero el chaleco puede sufrir algún daño. Si no sabes nadar, te bastará con unas cuantas clases con un monitor cualificado.

Contrata a empresas profesionales

Antes de contratar a una empresa que ofrezca experiencias de rafting, infórmate de su nivel de profesionalidad y de la calidad de sus materiales. En la actualidad eso es muy sencillo gracias a los buscadores de internet y a la gran cantidad de valoraciones y reviews de los usuarios.

Estas empresas suelen estar en los lugares donde es habitual la práctica del rafting, y algunas son empresas completa y exclusivamente dedicadas a la organización de descensos de rafting mientras que otras suelen ofrecer, además de rafting, otro tipo de experiencias de aventura.

Elige un equipamiento de calidad

A pesar de que los riesgos en el rafting (cuando se realiza con guías profesionales) están más que controlados, siempre es importante contar con un equipamiento de calidad que no nos falle en el momento más inoportuno.

A continuación te vamos a mostrar cuáles son los elementos que no te deben faltar durante el descenso.

Equipo básico para la práctica del rafting

Es evidente que el elemento fundamental para la práctica del rafting es una barca. Sin ella, simplemente, no se puede navegar. Este tipo de barcas son neumáticas y pueden encontrarse de distintos materiales.

A nivel individual, cada participante en una experiencia de rafting debería llevar los siguientes elementos:

  • Casco: su función es proteger la cabeza de posibles golpes contra las rocas que pudiera haber en el río. Procura que se ajuste perfectamente a tu cráneo, que no quede ni demasiado grande ni demasiado apretado.
  • Chaleco salvavidas: es lo que te mantendrá a flote en caso de caída o vuelco. Ten en cuenta que las aguas bravas pueden arrastrar a una persona con una fuerza impresionante y puede resultar muy complicado mantenerse en la superficie sin un buen chaleco.
  • Zapatillas de deporte: aunque el rafting sea una actividad acuática, en modo alguno puede practicarse con unas simples sandalias o descalzo. El fondo de la embarcación es muy resbaladizo y no llevar unas buenas zapatillas antideslizantes puede provocar una indeseada caída.
  • Traje de neopreno: muy recomendable, especialmente cuando el descenso se realiza en invierno o en regiones frías. Un contacto prolongado con el agua puede provocar hipotermia.

En definitiva, para practicar el rafting no son necesarias muchas cosas, únicamente que te guste la naturaleza, que sepas nadar y que cuentes con un equipo adecuado. Y, por supuesto, que no le tengas miedo al agua (en ese caso, hay un montón de deportes de aventura más adecuados para ti).

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